Cuando en
una construcción participan, en plena armonía arquitectónica, dos artistas de
reconocimiento mundial, ésta resulta, entonces, una obra de arte.
Es el caso
de la Torre de Rectoría de la Universidad Autónoma de México, construida en
1952, prisma rectangular con fachadas de vidrio, excepto en algunos puntos
ciegos que le otorgan movilidad hacia la parte occidental de la Ciudad
Universitaria, cobijada magistralmente en uno de sus costados por un histórico
mural, del gran pintor mexicano David Alfaro Siqueiros.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA TORRE DE RECTORÍA
DE LA UNAM |
El
edificio, a cargo del destacado arquitecto y urbanista Mario Pani, también
originario de nuestro país, está delimitado por un espejo de agua unido por
escalinatas de piedra.
El prisma
contrapone su masa con el volumen horizontal del vestíbulo, de gran altura,
espacio de atención a los estudiantes, donde resalta su iluminación natural,
tamizada por láminas de tecali y alabastro, elaboradas en la ciudad de Puebla.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA TORRE DE RECTORÍA
DE LA UNAM |
La torre
está construida al estilo lecorbusiano
(en referencia al suizo Charles-EdouardmJeanneret-Gris, mejor conocido como La
Corbusier, arquitecto y teórico de la arquitectura, urbanista, decorador de
interiores, pintor y escultor), enriquecido con una estructura de columnas y
losas de hormigón armado, sistema con que fue edificado en general todo el
conjunto académico.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTO DE LA TORRE DE RECTORÍA
DE LA UNAM |
El mural
representa esencialmente al estudiantado, que lleva en sus manos instrumentos
referentes a su actividad: lápiz, compás, la maqueta de una estructura y un
libro, en camino hacia un conjunto de hombres, para brindarles el conocimiento,
aludiendo a la necesaria interacción pueblo-universidad.
Sin duda,
un edificio que contiene y expresa dualidades, conexas y recíprocas.
Abraham Cababie Daniel
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